miércoles, 24 de agosto de 2011

Dios se encarna en el cosmos.


Dios se encarna en el cosmos. Éste y sus encarnaciones están inseparablemente unidos. Él no está en su encarnación, sino que se manifiesta como encarnación. En el árbol se rebela como árbol, en el animal como animal, en el ser humano como ser humano y en el ángel como ángel. Estos no son, pues, seres a cuyo lado existe un Dios que se introduce, por así decir, en ellos sino que es cada uno de estos seres y, al mismo tiempo, no lo es, puesto que jamás se agota en uno de ellos, ya que siempre es todos los demás. Precisamente en esto radica la experiencia de la persona mística: cae en la cuenta de que el cosmos es la manifestación llena de sentido de Dios. En cambio, algunas personas se comportan frente al cosmos como analfabetos frente a un poema: contemplan los diferentes signos y palabras que lo componen, pero son incapaces de entender el sentido del poema.

Willigis Jager.

lunes, 1 de agosto de 2011

No soy lo que llamamos "yo".


No soy lo que llamamos "yo".
Nombre, cuerpo, sentimientos, pensamientos
en poco tiempo dejarán de existir.
Mientras yo siempre he sido.
Soy quien controla estas envolturas;
estoy por encima y más allá de ellas.
Empiezo donde terminan sus actividades.
¿Quién soy?

Estoy creando la quietud en mi.
No tengo deseos de cambios.
El espacio de mi conciencia es puro.
No hay pensamientos.

Soy libre.
Estoy más allá de todo,
más allá de mis envolturas y sus mundos.
En verdad ya no existen;
No eran más que sueño
Y ya estoy despierto de ese sueño.

A mi alrededor no hay nada
Solo espacio infinito.
Soy como el espacio que no tiene límites.
Nada puede conmoverme
Ya que he olvidado el sueño del mundo fenoménico.

Soy la vida infinita que todo lo penetra.
Soy. Soy todo.

Sankara.

sábado, 23 de julio de 2011

La revelación de los otros.


En Lousville, en la esquina de la Cuarta con Walnut, en medio del barrio comercial, de pronto me sentí abrumado al caer en la cuenta de que amaba a toda aquella gente; de que todos ellos eran míos, y yo de ellos; de que no podíamos ser extraños unos a otros aunque nos desconociéramos por completo. Fué como despertar de un sueño de separación, de falso aislamiento en un mundo especial, el mundo de la renuncia y la supuesta santidad. Toda esa ilusión de una existencia santa separada es un sueño. No es que yo cuestione la realidad de mi vocación ni de mi vida monástica, pero el concepto de "separación del mundo" que tenemos en el monasterio se presenta demasiado fácilmente como una absoluta ilusión: la de que haciendo los votos nos convertimos en una especie diferente de seres, pseudoángeles, "hombres espirituales", hombres de vida interior..., lo que sea.
....
Esta sensación de liberación de una ilusoria sensación de diferencia supuso para mí tal alivio y alegría que casi me eché a reír en voz alta. Y supongo que mi felicidad podría haber tomado forma en estas palabras: "Gracias a Dios, gracias a Dios que soy como otros hombres, que no soy más que un hombre entre otros". ¡Y pensar que durante dieciséis o diecisiete años he tomado en serio esa pura ilusión, implícita en gran parte de nuestro pensamiento monástico...!
....¡Miembro de la raza humana! ¡Pensar que el darse cuenta de algo tan vulgar sería de pronto como la noticia de que uno tiene el billete ganador de una lotería cósmica!
....¡Como si las tristezas y estupideces de la condición humana pudieran abrumarme, ahora que me doy cuenta de lo que somos todos! ¡Y si por lo menos todos se dieran cuenta de ello! Pero eso no se puede explicar. No hay modo de decir a la gente que anda por ahí resplandeciendo como el sol.
....
Entonces fué como si de repente percibiera la secreta belleza de sus corazones, las profundidades de sus corazones, adonde no puede llegar ni el pecado ni el deseo ni el conocimiento de sí mismo, el núcleo de su realidad, la persona que es cada cual a los ojos de Dios. ¡Si por lo menos nos viéramos unos a otros así siempre...! No habría más guerra, ni más odio, ni más crueldad, ni más codicia...
....
En el centro de nuestro ser hay un punto de nada que no está tocado por el pecado ni por la ilusión, un punto de pura verdad, un punto o chispa que pertenece enteramente a Dios, que nunca está a nuestra disposición, desde el cual Dios dispone de nuestras vidas, y que es inaccesible a las fantasías de nuestra mente y a las brutalidades de nuestra voluntad. Ese puntito de nada y de absoluta pobreza es la pura gloria de Dios en nosotros. Es, por así decirlo, su nombre escrito en nosotros, como nuestra pobreza, como nuestra indigencia, como nuestra dependencia, como nuestra filiación. Es como un diamante puro, fulgurando con la invisible luz del cielo. Está en todos, y si pudiéramos verla, veríamos esos miles de millones de puntos de luz reuniéndose en el aspecto y fulgor de un sol que desvanecería por completo toda la tiniebla y la crueldad de la vida... No tengo programa para esa visión. Se da, simplemente. Pero la puerta del cielo está en todas partes.

Thomas Merton.

sábado, 23 de abril de 2011

El grano era trigo...


- El grano era trigo resplandeciente e inmortal, que nunca debía segarse, ni fué nunca sembrado. Pensé que había estado allí desde siempre para siempre. El polvo y las piedras de la calle eran preciosos como el oro. Las puertas, al principio, eran el fin del mundo. Los verdes árboles, cuando por primera vez los vi por una de las puertas, me transportaron y embelesaron; su dulzura e insólita belleza hicieron palpitar mi corazón, casi loco de éxtasis, ¡tan extraños y maravillosos eran! ¡Los Hombres! ¡Oh, cuán venerables y reverendas criaturas parecían los viejos! ¡Querubines inmortales! Y los jovenes, ¡resplandecientes, deslumbrantes ángeles! Y las doncellas, ¡extrañas, seráficas muestras de vida y belleza! Niños y niñas, retozando, jugando en la calle, eran joyas movientes. No sabía que hubiesen nacido o hubiesen de morir. Sino que todas las cosas moraban eternamente donde se hallaban, en sus lugares propios. La eternidad se manifestaba a la luz del día, y algo infinito aparecía detrás de cada cosa; lo que correspondía a lo que yo esperaba y movía mi deseo. La ciudad parecía elevarse en el Edén o estar construída en el Cielo. Las calles eran mías, el templo era mío, la gente era mía, sus vestidos oro y plata eran míos, así como sus resplandecientes ojos, clara piel y sonrosado rostro. Míos eran los cielos, y el sol, la luna y las estrellas, y todo el mundo era mío; y yo el único espectador y gozador de ello... Y así fué que con mucho trajín fuí corrompido y se me hizo aprender las tretas del mundo. Lo que ahora desaprendo y me torno, por así decirlo, como un niño pequeño, para poder entrar en el Reino de Dios.

- Tu goce del mundo no es nunca justo hasta que cada mañana te despiertas en el Cielo; te ves en el palacio de tu Padre, y consideras el cielo, la tierra y el aire como gozos celestiales, teniendo tal reverente estimación de todo como si estuvieras entre los Ángeles. La desposada de un monarca, en la cámara de su esposo, no tiene tales causa de deleite como tú.
Nunca gozas del mundo rectamente hasta que el mismo mar fluye en tus venas, hasta que te visten los cielos y coronan las estrellas; y percibes que eres el único heredero de todo el mundo, y más que eso, porque hay hombres en él, y cada uno de ellos es heredero único así como tú. Hasta que puedes cantar y alegrarte y deleitarte con Dios, como lo hacen los avaros con el oro, y los reyes con sus cetros, nunca puedes gozar del mundo.
Hasta que tu espíritu llena el mundo entero, y las estrellas son tus joyas; hasta que te has familiarizado con los modos de Dios en todas las épocas como son tu andar y tu mesa; hasta que has tratado íntimamente esa oscura nada de que se hizo el mundo; hasta que amas a los hombres de tal modo que deseas su felicidad con avidez igual al celo de la tuya; hasta que te deleitas en Dios por ser bueno para todos, nunca gozas del mundo. Hasta que lo sientes más que tu propiedad particular, y estás más presente en el hemisferio, considerando sus glorias y bellezas, que en tu propia casa; hasta que recuerdas cuán poco hace que naciste y la maravilla de haber nacido en él, y te regocijas más con el palacio de tu gloria que si hubiese sido creado esta mañana.
Y además, nunca gozaste el mundo rectamente, hasta que amas tanto la belleza de gozarlo, que sientes la codicia y el anhelo de persuadir a otros a que lo gocen. Y tan perfectamente odias la abominable corrupción de los hombres que lo desprecian, que prefieres sufrir las llamas del infierno a ser voluntariamente culpable de tal error.
El mundo es un espejo de Belleza Infinita, pero nadie lo ve. Es un Templo de Majestad, pero nadie lo mira. Es una región de Luz y Paz, si los hombres no lo inquietaran. Es el Paraíso de Dios. Es más para el hombre, desde que cayó, que no antes. Es el lugar de los Ángeles y la Puerta del Cielo. Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: Dios está aquí, y no lo sabía. ¡Cuán pavoroso es este lugar! No es otro que la Cara de Dios y la Puerta del Cielo.

Thomas Traherne.

lunes, 11 de abril de 2011

esto...


Estoy cuidando a un hombre que padece un cáncer terminal. La enfermedad se ha extendido hasta su próstata y sus testículos, que son ahora del tamaño de pelotas de tenis. Está perdiendo el control de sus esfínteres y por la noche se defeca encima. Reímos y hablamos del partido de fútbol de anoche mientras lavo las heces que ensucian sus gigantescos testículos. No le digo que ahí no hay sufrimiento, no le digo "yo estoy liberado y tú no" y ni siquiera le menciono la no-dualidad. Sencillamente le limpio los testículos. Eso es todo.

Sostengo la mano de una mujer en el hospital. Está muriendo. Su rostro es amarillo y su respiración superficial. El hedor a orina y cloro flota en el aire sobre un tazón de sopa de tomate instantánea que ni siquiera ha tocado. Me veo a mí mismo morir. Morimos juntos en esta solitaria habitación entre flores de plástico y un sopicaldo de tomate. Esto es todo y ella es la cosa más hermosa que jamás haya visto.

Estoy tumbado en una cama de hospital. El cirujano acaba de extirparme un bulto carnoso del ano. Cuando la enfermera quita la gasa que cubre la herida abierta e inflamada, siento como si me clavasen un cuchillo en el ano y luego lo girasen varias veces. Pido algo más de morfina, pero la enfermera me dice que no puede darme más. El universo entero está saturado de dolor.
Un video musical suena con gran estrépito en la televisión que hay junto a mi cama. Entonces el dolor se desvanece súbitamente y se ve reemplazado por la voz de Britney Spears. Sólo queda Britney Spears y una canción titulada Womanizer. Es como si el dolor jamás hubiese estado ahí. Y, si ocurrió, de ello hace ya miles de millones de años... . y le ocurrióa a alguien diferente.

Súbitamente vuelve a presentarse el dolor lacerante. No sabía que fuese posible experimentar tanto dolor. Los ojos se me empañan y casi me desmayo. Luego vuelve de nuevo Britney: "Womanizer, woman-womanizer, you're a womanizer, oh womanizer, Oh, you're a womanizer, baby". El dolor parece moverse al ritmo del movimiento de la danza de Britney.

No hay aquí estabilidad alguna. Nada perdura de un instante al siguiente. Lo único que queda es la crudeza de la experiencia. Puñalada, Britney, puñalada, Britney... el vaivén del universo al respirar.

Jeff Foster.

martes, 15 de marzo de 2011

Cuando intento retroceder...


Cuando intento retroceder hasta el lugar donde llega aparentemente la luz, hasta ese lugar donde decimos que están los ojos, realmente no encuentro nada, solo hay un espacio ahí, un vacío, que aparentemente está lleno de luz. ¿Y qué es la luz sino otra forma de energía? Esa luz es una vibración muy, muy sutil y cuando se condensa un poco, se convierte aparentemente en materia. Forma un modelo, una costra alrededor de esa esencia que tú eres, como la lava que sale de un volcán. Eso es lo que es este cuerpo. Es esa misma luz, aparentemente solidificada. Cuando llegas a constatar esto, lo que es la causa de tu esclavitud, el egocentrismo, desaparece por sí solo. La conclusión que lleva este conocimiento es que si yo soy esa consciencia igual que el espacio, entonces no hay realmente un centro. Lo que también se desprende de ello es que no puede haber separación entre este cuerpo y cualquier otra cosa que aparezca, de la misma manera que no hay separación entre lo que aparece y esa misma consciencia igual que el espacio en la que todas las cosas aparecen. Todo es uno.
Cuando pensamos en un "yo", imaginamos siempre un centro en este espacio desde el que se ven todas las cosas. Pero, yo os pregunto ¿Qué centro puede haber en este espacio? ¿Alguno puede señalarme o encontrar un centro en este espacio? Es imposible. Y si no hay un centro en este espacio ¿cómo este modelo de "yo" aparente podría tener un centro sustancial o existir por sí mismo? Y si no hay un "yo" sustancial o que posea una naturaleza independiente, como previamente suponíamos ¿Desde donde estáis viendo?
Al ser un vacío, ya no existe ningún punto de referencia en el que situar ese experimentar. No hay ninguna entidad que pueda atribuirse nada de lo que sucede.
No podemos decir que tal y tal cosa me ha sucedido. Y si este fuera el caso, ¿dónde podría ubicarse esa experiencia?
Antes, todas esas experiencias parecían sucederle a este "mi" que yo había erigido como el centro del experimentar. Parecían sucederle en concreto a esta aparente forma que yo creía que era.
Este "mi" es muy inseguro y vulnerable porque se ve a sí mismo sólo y separado. Tiene una imagen mental sobre sí mismo y si le ocurre alguna experiencia que no cuadra con esa imagen propia, entonces siente miedo, resentimiento y autocompasión. Toma la experiencia como si fuera algo personal, como si le sucediera a ese individuo que cree ser. Y si él hace algo, o si algo se hace a través suyo cuando él cree que no debería haberse hecho, se siente culpable, avergonzado o con remordimientos.
Echad un vistazo a vuestra experiencia personal y comprobad si lo que estoy diciendo es verdad o no.
Mirad si vuestros problemas son causados por esa creencia errónea en una entidad separada, una entidad que puede funcionar por sí misma. ¿Tiene esa entidad alguna sustancia o alguna naturaleza que sea independiente? Cuestionadlo, entrad en ello y mirad por vosotros mismos. Ved cómo todo el sufrimiento está causado por nosotros mismos al pensar que las cosas deben suceder de forma diferente para ese "mi" que creemos ser. Luego, comprobad que no hay un "mi", no hay nada en absoluto. No hay nada que pueda funcionar por sí mismo o que exista con una naturaleza independiente. Ese punto de referencia de un "mi", ese "mi" a quien todo parece estarle sucediendo, es sólo una imagen mental que tengo. Es sólo conceptual, está basado en creencias.
Entonces ¿Qué sucede tras constatar todo esto? Sucede que he suprimido las limitaciones, que he quitado las fronteras. Al quitarlas, me he quedado con lo que siempre fui: este "estado natural", este "funcionar natural".
Es el mismo funcionar que está sucediendo en toda esta "apariencia", desde la más pequeña partícula subatómica hasta la más distante galaxia, en cada dónde, en cada cuándo, en todo tiempo y lugar. Es todo y sólo Eso.

"Sailor" Bob Adamson.

jueves, 10 de marzo de 2011

Controlar la mente.


D-¿Cómo puedo controlar la mente?

M-Si se realiza el Sí mismo ya no hay mente que controlar. El Sí mismo irradia su luz cuando la mente se desvanece. En el hombre realizado no importa que la mente esté activa o inactiva; lo único que existe es el Sí mismo. Pues la mente, el cuerpo y el mundo no son algo aparte del Sí mismo; y no pueden permanecer aparte del Sí mismo. ¿Pueden ser diferentes del Sí mismo? Cuando tiene conciencia del Sí mismo, ¿por qué debe uno preocuparse por esas sombras? ¿De qué manera afectan al Sí mismo?

D-Si la mente no es más que una sombra, ¿cómo hemos de conocer el Sí mismo?

M-El Sí mismo es el Corazón, lo en sí y por sí luminoso. La iluminación surge del Corazón y alcanza el cerebro, que es la sede de la mente. El mundo se ve con la mente; es decir que ves el mundo mediante la luz reflejada del Sí mismo. Al mundo se lo percibe mediante un acto de la mente. Cuando la mente está iluminada, se percata del mundo; cuando no está así iluminada , no se percata del mundo.
Si la mente está vuelta hacia adentro, hacia la Fuente de iluminación, el conocimiento objetivo cesa, y solo el Sí mismo esplende como el Corazón.
La luna resplandece reflejando la luz del sol. Cuando el sol se ha puesto, la luna es útil para revelar los objetos. Cuando el sol se eleva, nadie necesita de la luna, aunque su disco esté visible en el cielo. Lo mismo sucede con la mente y el Corazón. Lo que hace útil a la mente es su luz reflejada, que se usa para ver objetos. Cuando se vuelve hacia adentro, se va convirtiendo en la Fuente de luz que esplende por Sí misma, y la mente es, entonces, como la luna durante el día.
Cuando está oscuro, es necesaria una lámpara que dé luz. Pero cuando el sol ha salido, ya no hay necesidad de la lámpara; los objetos son visibles. Y para ver el sol no es necesaria ninguna lámpara; es bastante con que vuelvas los ojos hacia el sol en sí y por sí luminoso. Lo mismo pasa con la mente; para ver los objetos es necesaria la luz reflejada por la mente. Para ver el Corazón es bastante con que la mente esté vuelta hacia él. Entonces, la mente no cuenta y el Corazón es por sí resplandeciente.

Ramana Maharshi.

sábado, 12 de febrero de 2011

Indaga.


Hay tres razones por la que la búsqueda y la práctica son una soberana tontería, sirviendo solo para confundir con el ardid de la aguda mente postergando la Liberación.

La primera es porque crea un buscador. Lo cual, reafirma la idea de que existe un individuo sufriente separado de la Libertad, y de que el Ser es "otra cosa" que está fuera del Aquí y el Ahora.

La segunda es la búsqueda. La búsqueda es una distracción que obliga a la postergación y a un sufrimiento tan interminable como innecesario. La búsqueda promueve las religiones, las tradiciones, los caminos espirituales a que adherirse; que sólo sirven para atraparte más y más profundamente en la ilusión. La Verdad está sólo Aquí y Ahora, pero la búsqueda dice que está en el mañana.

La tercera razón es que la búsqueda crea un objeto a encontrar, lo que la convierte en la trampa más sutil y engañosa. ...

Toda práctica acarrea un ego que refuerza la relación sujeto-objeto. Toda práctica se lleva a cabo a través de los sentidos y del cuerpo-mente, lo cual reafirma la identificación con el cuerpo-mente. Cualquier identificación es una identificación errónea.

Te conviertes en cualquier cosa que pienses, asi que si piensas en el nombre y en la forma estás pensando en el ego-mente-mundo-sentidos-ilusión. ...

La práctica directa es en el Ahora mismo, simplemente Siendo, sin esperar al siguiente momento o al siguiente pensamiento o a la próxima vida para llevar algo a cabo.

La práctica directa es el Éxtasis de tornar tu cara hacia el Ser, la práctica directa es honrar tu propio Ser, la práctica directa es Existir.

Papaji.

domingo, 30 de enero de 2011

Diario Personal (Extractos)


- Quiero alcanzar la máxima lucidez. Pero, sobre todo, quiero mantener mi alma en el corazón del misterio. Impregnarme de la única Realidad siempre olvidada; hacer de mi alma particular, un alma cósmica.

- Todo esto me parece tan claro, coherente, calculado, que me da como vértigo. Sólo hechos, constataciones. Nada de supervivencias, de moral, de lirismo, ni de metafísica. Únicamente una afirmación evidente sobre la que permanezco. Miro el sol en lugar de entretenerme en lo que alumbra. Contemplación muy desnuda, liberadora.

- El espíritu está a la escucha, tendido hacia algo que no es ningún objeto. Hay receptividad, espera de algo que surge en lo más secreto del ser. La Realidad que se presiente es tan sutil que casi sólo se percibe por contraste, cuando uno se relaja.
Puedes estar más o menos lejos del ámbito de las representaciones. Y la tensión puede ser más o menos intensa. Hay ahí como un camino muy secreto que sabes que puede llevarte muy lejos, al centro oculto de lo real, y que le pierdes la pista a la más mínima, sin ni darte cuenta. Cuando logro seguirlo no es extraño que sienta como una falta, como una impresión de insuficiencia, como cuando uno tiene hambre o cuando siente la inseguridad de la alta montaña. Hay algo en uno mismo que está como insatisfecho. Pero amas incluso esa sensación de insatisfacción. Vuelves a ella como si presintieras una invisible riqueza en esa pobreza. Y a la pereza que no te permite poner el esfuerzo necesario la sientes como una traición causada por la propia debilidad. Estoy segura que lo que provoca este malestar es la falta de costumbre. Que si me dedico a ello cada día con regularidad y paciencia lograré superar la inercia y adquirir más soltura. Debo hacerlo.

- De nuevo he podido percibir la vacuidad de "Dios". Vas a desembocar como sobre algo inmediato. Los deseos, los proyectos, las ideas, las imágenes, como si fueran montículos que ocultaban el horizonte. Y ahora, como en lo alto del macizo, ¿alcanzado por medio de qué salto oculto?
El amor, la acción, incluso el ardor en la búsqueda, te dejan al borde. Se podía intuir el "otro país" sin estar en él. Pero sólo logras alcanzarlo unos breves instantes. La pregunta "¿Quien Eres? ¿qué es Eso?" me ha ayudado, alejándome de prestar demasiada atención a las sensaciones. Mi sentimiento de culpabilidad también: haciéndome "huir hacia allá".
Noche. Paz. Silencio. Una ausencia deliciosa.

- Ayer algo cambió, creo; me sentí como ligada a la esencia de la realidad; una esencia desconocida, una realidad sin forma y, sin embargo, absolutamente auténtica. Nada me era conocido y, en cambio, me invadía esa paz sutil que acompaña a la evidencia indiscutible. ¿Qué imagen podría utilizar? Supongo que la del vacío, pero un vacío cualitativamente lleno, consistente, verdadero. O la de la noche, pero una noche reveladora de la naturaleza de las cosas.
Es como si, concentrada hasta ahora en las cuestiones intelectuales o prácticas, hubiera dejado atrapada en el orden fenomenal, una capacidad que sería algo así como una "intuición desnuda" que, ahora, en cambio, estaría logrando actuar según la que sería su auténtica naturaleza: receptora espontánea de una esencia inconcebible que la sensibilidad no logra aprehender adecuadamente. Es como si en mí, algo se desatara, como si todo si apaciguara, al haber encontrado lo que buscaba -sin saber como-.

- Don inmediato; entrada casi sin transición en recogimiento. Ha sido como estar ante una "Nada". No tiene nada que ver con la sensación de presencia. No hay un "alguien" que sientas presente ahí. Sí que sentía fervor, pero como dirigido a una noche, a una nada, a un vacío que sabía que era "Eso".

- Concentrarme solamente en "Eso" y asumir todas las consecuencias de mi opción. Permanecer toda yo tendida hacia un horizonte que se aleja y avanzar, avanzar siempre. Firme en ese andar sin guía, en esa carrera sin fin, en esa travesía sin andaderas. Exclusivamente ese moverse en un océano sin orillas, en ese éter vacío. Las amarras están cortadas. La Nada avanzando en la No Forma no puede naufragar. Vértigo. Libertad inesperada. Me lamentaba de mis decepciones. No me daba cuenta de que estaban royendo la cuerda que me mantenía cautiva. Sensación de cuerda rota, de partida en la inmensidad azul que parece como un muro en pie pero que es de una profundidad insondable. La "falla", decía yo consternada; sin comprender que lo que se resquebrajaba era mi cárcel.

- Jornada amplia, inmensa, a causa del Vacío que la ha como distendido. Una vez más, me otorgo el derecho a vivir esta vida espiritual aunque no llegue nunca a ser útil para nadie. Mis fracasos me conducen de nuevo a lo esencial.

- Esa unidad que deseo, sería un error esperarla de la voluntad; sólo puede venir de la atención.

- Camino en la pura claridad de la aurora. Blanco, beige, azul, puro, movimiento, vivo, inmensidad ... Intensa sensación de paralelismo: el mundo de la Vacuidad, puro, muy puro, por encima de esta luz, de esta belleza, de este "candor". Por encima de las ramillas de los árboles, dándole al espacio su ... plenitud de vacuidad, el Espacio Esencial.
Reposo. Es aquí. No hay nada que decir. Ya hemos llegado. ¡Qué sencillo era!. Beatitud más allá de la beatitud. Impresión de conclusión. No hay nada que explicar ni nada que hacer. El centro de gravedad está exactamente donde debe estar. Ahí. Así es. Está bien.

- Ayer persistió la sensación de desdoblamiento. Durante unos momentos veo a los que me rodean y a mí misma como desde el exterior. Los veo desde ese lugar elevado que no es un lugar, en una dimensión nueva que no es la del tiempo.
Simplicidad extrema. Nada. Y, sin embargo, el problema esencial ya está resuelto. Paz sutil ante la evidencia total, sin que haya nada evidente.
La semana pasada en T., el Vacío substancial se hallaba por encima del mar y del sol. Desde esta semana es "intersticial", si es que lo puedo llamar así: es como el aire que envuelve las cosas, como el espacio entre las palabras, como la distancia intramolecular.

- Bajando en barca el curso del río, el paisaje se me ha hecho, de golpe, transparente. Cómo precisar esta impresión que no he podido recuperar aunque lo he intentado? Ha sido un poco como si la opacidad de los objetos desapareciera sin que ellos mismos desaparecieran, dejando ver la realidad oculta detrás de ellos, como el cielo a través de un cristal en el que haya unos dibujos. Y es como si la mirada, a través del cristal que son las cosas, se hubiera adaptado a ver en la lejanía y viera, más allá del cristal, la infinita realidad.

- Gozo cósmico. El espectáculo de las cosas no es nada; nada importante. Es tan real o irreal como un sueño. Entretenerse en el tema de su grado de realidad es tan tonto como discutir con una persona todavía dormida: es la persona todavía dormida en nosotros la que se plantea estas cuestiones. Tomar esta gota de luz, de vacío, e insertarla en mi masa oscura, compacta, aquí, allá, por todas partes, penetrando así cada cosa de espacio y de luz.

- Energía diamantina: vacía, clara, tan valiosa. Espacio substancial. Algunos movimientos más opacos, Me parece que el vacío en mí, llama a las ideas y a las personas que me rodean: se me hacen transparentes, logran su consistencia exacta.

- Culmen de energía, La vibración más elevada del amor: hasta el punto en que el calor se hace luz. La máxima lucidez de la inteligencia: el lugar de toda relación. Esa gota de eternidad: mantenerla, como piedra preciosa, entre los dedos. Atravesar con ella los momentos. Ella les dará luz, transparencia, belleza.

- Mantenerse abierta. No estoy separada de Eso. Estoy en lo Esencial. Me mantengo ahí conscientemente, en la medida de mi atención, de mi voluntad, de mi amor, si éstos no se precipitan hacia las cosas.
Energía, verdad, unidad de ese Fondo Secreto. La representación del espacio es ya expresión de lo Absoluto; y también el más mínimo amor, el más pequeño querer. Pero, o se niegan a aparecer cuando el psiquismo no halla "su" satisfacción o surgen, pero para precipitarse sobre los objetos.

...todo ha estallado, por toda la superficie de sus paredes, por todo el grosor de su volumen, todo ha estallado. La Vacuidad ES, inefable cualidad de conciencia que ES, por todas partes, absolutamente, en todo, en cada objeto, en cada pensamiento, ES.

Geneviève Lanfranchi.

lunes, 24 de enero de 2011

Respuesta a Lu Shun Yuan.


No hay criterio definido para medir las fuerzas del dharma y el karma. El punto esencial consiste en ser consciente de la propia esencia mental en todas las actividades y momentos. Uno debe saber que tanto la fuerza del karma, como la fuerza del dharma, son ilusorias. Si un hombre insiste en librarse del karma y seguir el dharma, ese hombre no comprende el budismo. Si uno es capaz de destruir al karma, entonces descubrirá que tambien el dharma es irreal. Los hombres suelen ser poco valerosos y de mentes estrechas; siempre suponen que ésa práctica es fácil y aquélla difícil. No saben que la mente discriminatoria, que atribuye facilidad o dificultad a las cosas, que se adhiere o desprende de las cosas, es la misma mente que nos arrastra al samsara. Si no nos libramos de esta mente, la liberación no es posible.

Tsung Kao.

miércoles, 19 de enero de 2011

Un jardín de rosas en un jardín de rosas.


Oh amigos, sólo encontraréis el Paraíso y jardines de rosas dentro de jardines de rosas cuando logréis ir más allá de la forma.

Cuando hayáis roto y destruido vuestra propia forma, habréis aprendido a romper la forma de todas las cosas.

Rumi.

Es noche de Sábado y estoy en la fiesta de unos amigos. Dada mi afición al baile, apenas descanzo en toda la velada. La música impregna el ambiente como una lluvia constante que empapa mi cuerpo. Ahora bailo con este amigo, después con aquel otro y luego con alguien al que no conozco en absoluto. Y, en medio de la habitación rotatoria de derviches girando, cobro conciencia de la inmovilidad del Ser. La inmovilidad me mueve, me dirige, me sumerge cada vez más profundamente en la danza. Al beber del manantial de la Vacuidad que es mi fuente me embriago, pero sigo bebiendo completamente adicto a ese néctar. Al zambullirme profundamente en su océano salvaje veo que todo emerge súbitamente de él con vida renovada. Aunque nado al mismo tiempo en las aguas de la vida, sigo sumergiéndome más profundamente en la oscuridad desconocida. El fuego interior me consume, me quema sin dejar rastro, pero no puedo detenerme y arrojo más leña y aire a la hoguera ardiente de modo que las llamas anaranjadas arden con más vigor y vuelvo a consumirme y a emerger cual fénix que, escapando de las grises cenizas, alza el vuelo hacia la luz diurna. Qué placer y que liviandad poder liberarme del cuerpo como si fuera la primera vez, tan invisible e inocente como un niño, disuelto en la vacuidad que, de manera prodigiosa, se manifiesta como este cuerpo danzante y como estos amigos que bailan. Ligero como el aire, claro como el agua, amplio como el cielo, en mi interior la fiesta sigue viva. En la medida en que el ritmo prosigue, ya cerca de la madrugada, puedo escuchar el silencio interno, la musica que no cesa.
Ahora estoy bailando con una amiga, acogiendo la apertura de su gesto y la alegría de sus ojos fluyendo al lado, alrededor y contra la corriente chispeante del río o el torrente de alegría y seriedad, de proximidad y distancia, en que ella se transforma esta noche. Qué maravilloso poder liberarme de mi propia cara y de mi cuerpo y abandonar mi forma en la no-forma inefable, suficientemente amplia para que dos cuerpos arraigados en el misterio se vacíen de sus yoes y tejan nuevas pautas. Respiro profundamente y me abandono a la danza del ser indivisible. Es divertido bailar con otra persona sin saber donde están nuestros límites, inspirados por la música, poseídos por el ritmo, sintiendo la conversación de nuestros pies con el suelo, cabalgando olas salvajes que surgen, se elevan y rompen para emerger de nuevo. Aquí no hay nada que conocer o que ser, nada que proteger, nada que tener o retener, ninguna fachada o límite tras el que ocultarse. Transparentes e ilimitados, podemos contenernos mutuamente en esa maravillosa y resplandeciente vacuidad plena de belleza.
Cuando rompemos el caparazón de nuestra propia apariencia, lo ilimitado -que nos pertenece a todos, nos contiene a todos, lo acepta todo y es nuestro derecho de nacimiento- se muestra a sí mismo. Rumi descubrió jardines de rosas, pero esta noche yo encuentro amigos a los que les gusta bailar y constato que, entre nosotros, no existe la más mínima distancia.

Richard Lang.